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Opinión: Combinación peligrosa


La policía comunitaria más eficaz ―la de los pueblos autóctonos―
podría desaparecer si a los altos funcionarios les entra por combatir,
en serio, a los disidentes de Guerrero.
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario el jueves 11/Abr/2013]

El fenómeno de las policías comunitarias es muy interesante. En el Estado de Guerrero son de larga tradición en muchas comunidades campesinas que han encontrado en ellas una manera funcional de autodefensa.
     En años previos el tema dio de qué hablar por la asociación de decenas de poblados para trabajar coordinadamente por la seguridad colectiva. Con mucha inventiva decidieron ponerle freno a la delincuencia, de la mano de las poblaciones más humildes, que vieron en sus elementos a los vecinos y amigos de siempre.
     Pero la policía comunitaria despertó recelo entre los profesionales de la seguridad pública. Éstos no concebían cómo ciertas corporaciones mal armadas, y con una remuneración simbólica, estaban dando resultados. Por tanto, iniciaron una campaña para deslegitimar a los uniformados comunitarios. 
     Sin embargo, en los últimos meses, muchos pueblos están optando por crear “policías comunitarias”, como si el asunto se tratara meramente de la voluntad de protegerse y de endilgarle un nombre. Estas policías, que no parten de una tradición étnica centenaria, padecen los males de cualquier otra corporación: negligencias y abuso de poder. Por ello hemos sabido de casos en que los guardias comunitarios abusan de su cargo haciendo detenciones arbitrarias y politizando esta institución.
     Hoy en día no todas las policías comunitarias son iguales: unas, las primeras, parten de una institucionalidad indígena bien cimentada, con resultados evidentes. Y otras, nacen como efecto del mero hartazgo ante la inoperancia gubernamental, pero con muchos defectos. Algunos policías se identifican plenamente con sus pueblos de origen. Otros, con algún grupo de tinte ideológico. 
     Cuando la policía comunitaria decide sumarse a un movimiento político, puede perder su razón de ser. Muchos entusiastas del magisterio de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), podrán aplaudir que en Guerrero se haya dado la confluencia de intereses.
     No obstante, el tiro podría salir por la culata. Porque si el Estado consigue desarticular al magisterio guerrerense y al movimiento político derivado de él, podría también llevarse a una sana institución entre las patas.
     La policía comunitaria más eficaz ―la de los pueblos autóctonos― correrá el riesgo de desaparecer si a los altos funcionarios les entra por combatir, en serio, a los disidentes de Guerrero.
     Pero, ¿y si la unión da frutos y triunfa políticamente? Entonces, las tácticas de confrontar al poder político podrían rescribirse. Los acontecimientos futuros dirán la última palabra… 

Opinión: El gran elector

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el viernes 12/Abr/2013]

La política es un engaño. El descrédito de los principales partidos políticos en la Entidad, y de sus operadores, es mayúsculo. Pero ahora PRD, PAN, PRI y PT se presentan todavía más sucios… 
     Se acaban de divulgar tres grabaciones en las que, presuntamente, Jorge Castillo, representante de Oaxaca en el Distrito Federal, conversa con distintas personas de un tema que debería competer principalmente al pueblo, puesto que éste, al menos teóricamente, elige a sus representantes.
     Como si se tratara de una simple transacción comercial, el hombre en cuestión barajea nombres para postularlos a distintos cargos de elección popular. 
     Resulta apenas creíble el cinismo con que, por ejemplo, pide a la gerente de Radiorama, Jacqueline Gaytán, que deje de “golpear” a Javier Villacaña, precandidato priísta a la presidencia municipal de la ciudad de Oaxaca, tal como habían “acordado”. ¿No que el Gobierno no debe interferir en los medios de comunicación?
     Por si esto fuera poco, se pone de manifiesto cómo el exgobernador Diódoro Carrasco, cuya voz también aparece, “recomienda” a una persona para que vaya a la cabeza del PRD en la lucha por un cargo público. 
     Para agravar las cosas, el mismísimo Gabino Cué, Gobernador Constitucional del Estado de Oaxaca, sale a relucir porque, según dejan ver las voces, será él quien dé el visto bueno a los principales contendientes de julio próximo por la alianza PAN-PRD.
     De esta bomba mediática no se salva ningún partido, por lo que las sospechas de que hay una gran negociación clandestina no es descabellada. 
     Lo que ahora está conociendo la opinión pública debe ser apenas lo que segrega el sistema tan corrompido. ¿Se imaginan lo que dirán otros tantos personajes durante sus “acuerdos”?
     Sé que la mayoría afirmará que no es cosa que no se supiera. Pero esto lo prueba. Así pues, aunque siempre hubiésemos creído que en Oaxaca no hay democracia y que el remedio resultó peor que la enfermedad, estas grabaciones confirman fehacientemente nuestra desconfianza.
     ¿Y así desean que los ciudadanos acudan masivamente a las urnas? ¿Así quieren que la gente piense que en el sistema político está mejorando? 
     Lástima de situación. Sobre todo por las personas que de buena fe se empeñan en incidir, para bien, en la designación de candidatos honestos, con arraigo en las poblaciones, pero sin el apoyo de estos “padrinos”. Su decepción debe ser muy grande.

Opinión: La indiferencia torpe


Niños y jóvenes de la Séptima Sección de Juchitán,
colocando rocas para impedir el paso de los policías estatales.
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario el martes 9/Abr/2013]

En diciembre escribí: “Los bloqueos no son responsabilidad únicamente de los que lo efectúan. Es evidente que hay grupos que utilizan este método como recurso desesperado contra los malos funcionarios que se desentienden de la obligación que les da razón de ser. Pero hay agrupaciones que se valen del bloqueo como medida fácil para chantajear a terceros.
     Sin embargo, y de igual modo, hay autoridades que juegan un rol determinante para que el tránsito se paralice. Las hay, desde las que se ven presionadas con bloqueos indiscriminados, sin capacidad de maniobra, aunque con voluntad política; hasta las que se rigen con un “protocolo” desentendiéndose de las justas solicitudes hasta que un cierre carretero se concrete”.
     Los bloqueos son una forma contraproducente de lucha social. Pero la indiferencia cínica del Gobierno es la peor respuesta. 
     Reza el dicho que “muerto el niño a tapar el pozo”. Sin embargo, existen autoridades que no parecen aprender del refranero popular. 
     Hace dos semanas se suscitó un violento enfrentamiento en la Séptima Sección de Juchitán, entre elementos de diversas corporaciones policíacas y campesinos, pescadores y demás vecinos de la zona. La situación pudo haber terminado en tragedia. De hecho hubo algunos heridos de gravedad en ambos bandos y, cosa inaudita, una mujer policía detenida.
     Los casos de rehenes son bastante sonados. Cuando uno así se presenta, al lugar del evento se apersonan medios nacionales y extranjeros. Pero aquí pudo evitarse gracias a la rápida mesa de diálogo que se entabló entre las partes. Lo mismo aconteció al día siguiente, y a los tres días.
     En cada ocasión los avances fueron notorios. Y existía el compromiso formal de una reunión con el Secretario General de Gobierno, misma que tuvo que posponerse ante la detención de Mariano López Gómez, integrante de la Comisión Negociadora de la Asamblea del Pueblo Juchiteco (APJ).
     Ahora parece reinar nuevamente la total indiferencia. Quizá a las autoridades sólo les preocupan los conflictos sociales cuando hay sangre de por medio. 
     Lo he dicho antes y lo reitero: existen en su forma de actuar, básicamente, dos tipos de “movimientos sociales”. Los primeros son grupos de presión muy bien consolidados con ramificaciones y poder económico vasto. Éstos se escudan en cualquier bandera popular para justificar sus corruptelas. Tal sucede con algunos sindicatos u organizaciones políticas, tipo COCEI. Pero están los grupos semiaslados, cuyas causas son legítimas, que buscan el diálogo constante para resolver sus problemas, pero que generalmente encuentran indiferencia y rechazo: tal sucede con el movimiento en defensa de la Selva de los Chimalapas o la APJ. 
     A los primeros grupos ―COCEI, Sección 22, UCIZONI―, el Gobierno suele atenderlos rápidamente. De hecho, muchos de sus dirigentes conforman las cúpulas de la administración pública. A los segundos se les ignora. 
     Sin embargo, son estos últimos grupos los que cuentan con militantes más aguerridos, dispuestos a dar la vida por las causas que defienden. Y es de estas pequeñas agrupaciones de donde surgen las pesadillas que terminan derrocando autoridades… 

Opinión: Emilio De Gyves vs ¿…?

Emilio De Gyves, durante el "plesbiscito" en Juchitán

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario el lunes 8/Abr/2013]

Ayer, en Juchitán, se realizaron dos elecciones simultáneas de la denominada COCEI. Como era de esperarse, en una de ellas Emilio De Gyves obtuvo una "victoria" aplastante sobre sus contrincantes internos, que más que adversarios parecían ayudantes. Todos declinaron en un acto previsible. En el evento, promocionado como “plebiscito”, y debidamente notariado, cientos de asistentes alzaron la mano y gritaron vivas al hijo de Leopoldo De Gyves de la Cruz, quien ha sido dos veces presidente municipal de Juchitán.
     Por su parte, otras "expresiones" de ese mismo conglomerado de grupos, hizo lo propio a unos cuantos metros. Pero en lugar de brazos levantados, hubo boletas impresas para elegir al que supuestamente ha de representar a la COCEI de cara a los próximos comicios municipales. En esta otra elección interna todavía no se tiene definido a un ganador, aunque probablemente obtenga la victoria Saúl Vicente, reconocido político juchiteco.
     Los representantes de los partidos políticos que en unos cuantos meses han de coligarse para enfrentarse al PRI, no saben a ciencia cierta a cuál de los precandidatos otorgar el registro. 
     Cada uno dirá que la suya es la elección válida. Los grupos que respaldan a cada vencedor afirmarán que gozan del apoyo de la militancia "histórica" de la COCEI. Lo cierto es que ambos procesos estuvieron igual de amañados y carecen de confianza, pues sus organizadores desde hace mucho perdieron la legitimidad a ojos de la mayoría de juchitecos.
     Sabemos que casi todos los que acudieron ayer al Parque Revolución y al Parque Central lo hicieron por obligación; ya sea porque siguieron las indicaciones del operador político o para no perder el puesto en el Palacio Municipal. Muy pocos son ―sí es que los hay― quienes piensan que la COCEI representa una opción honesta y responsable, independientemente de quien vaya a ser el candidato. Sí hoy se sigue votando por dicha opción política es por considerar que el PRI es mucho peor... Cosa no muy equivocada.
     En los días por venir sabremos cómo se resuelve el asunto de las dos candidaturas. Tal vez pase lo del trienio anterior y terminen surgiendo dos abanderados que permita que el tricolor continúe un período más en el gobierno. Quizá, a final de cuentas, uno de los dos gallos conceda y se sume a la campaña del que tenga más posibilidades de vencer. 
     Mientras tanto, nos conformaremos con el triste circo democrático en el que pocos creen. Lo siento, pero la mula no era arisca...