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¡Cabani Señor!


Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el sábado 30/Mar/2013]

Durante marzo y abril (depende cómo se le haya ocurrido salir a la luna ese año) en buena parte del mundo recuerdan la muerte de un hombre que predicó en Palestina hace dos milenios. Dicen que siendo divino se volvió hombre para poder conversar, reír y dolerse como humano. Muchos han cuestionado las maravillas a él atribuidas; pero en mi tierra istmeña sabemos que todo cuanto refieren de este personaje fue verdad.

Acá también acontecen portentos. De cuando en cuando tenemos noticias de que en tal pueblo brotaron nutrias de una cueva de río, que de la mar surgió un animal feroz que devoraba gente, o que las piedras de cierta montaña hablaron. Los mismos zapotecas somos constancia viviente de que lo aparentemente fantasioso puede ser verídico. ¿Acaso no nacimos de las fieras, peñascos y de las raíces de los árboles? ¿No es nuestra estirpe ejemplo certero de lo asombroso? 

En Semana Santa, que es cuando se recrea el sacrificio del Nazareno, se realiza en nuestros pueblos un pequeño ritual. Las mujeres adultas dan sendos cinchazos a sus pequeños hijos, con la esperanza de robustecerlos. Se dice que pegándoles en Sábado de Gloria al grito de “¡Cabani Señor!” [‘el Señor ha resucitado’], éstos tendrán un pronto y sano desarrollo. Cosa similar acontece en el campo, pues a los árboles que no dan los frutos esperados también se les pega con la intención de reanimarlos. 

Hay quien critica estas prácticas tachándolas de supersticiosas, pero tratándose de cosas sobrenaturales, tan cierta es la multiplicación de los peces como la idea que tienen mis paisanos de que los niños se estirarán con sus buenos cuerazos. 

Cuentan que en Cheguigo vivió Na Filomena. Ella, como toda buena juchiteca, deseaba tener hijos altos y fuertes. De sus cuatro muchachos, el más chico parecía no elevarse. Conforme pasaban los años el chamaco era rebasado por los de su edad, por lo que Na Mena decidió poner remedio de forma drástica: el Sábado de Gloria de un año bisiesto tundió tan fuerte al escuincle que éste no supo si fue coraje, o afecto, el que le mostró la madre. Sus gritos llegaron tan lejos que hasta el centro del pueblo se escucharon. 

Pero a la mañana siguiente la señora descubrió su equivocación. Llena de espanto vio la turba de vecinos arremolinándose en derredor de la casa de tejavana. Curiosos, observaban los brazos y las piernas del niño rebasando puerta y ventanas. Como pudo, éste se acomodó para salir gateando de la casa. Al pararse, su espalda llegaba a la altura de las tejas, y con las manos hubiera podido cortar frutos de un árbol alto. Era un gigante. 

Por eso dicen que no hay que pegarles tan duro a los hijos. Solamente lo necesario… 

Opinión: Voluntad política

El Coordinador Regional de la Secretaría General de
Gobierno junto a un vocero de la APJ.

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario el viernes 29/Mar/2013]


Es loable el esfuerzo que están haciendo las Comisiones Negociadoras para resolver el grave conflicto que se vive en la ciudad Juchitán.
     Tanto la Asamblea del Pueblo Juchiteco (APJ) como el Gobierno del Estado de Oaxaca están poniendo de su parte para ir encontrando soluciones puntuales.
     Dos reuniones, dos acuerdos. Primeramente, se consiguió la liberación de Liliana Sánchez Sánchez, mujer policía retenida como consecuencia de la refriega del martes 26 de marzo. Ayer, se entregó la maquinaria y vehículos retenidos desde hace algunas semanas en la Séptima Sección de Juchitán.
     Los activistas de la Asamblea del Pueblo Juchiteco están dando muchas muestras de buena fe, pues están cumpliendo los acuerdos, a cambio de los compromisos firmados por el Coordinador Regional de la Secretaría General de Gobierno.
     Pero una firma no es suficiente. Es necesario dar pasos paulatinos que brinden confianza y certeza de que pueden destrabarse todos los asuntos pendientes.
     Los representantes del Gobierno parecen ir en ese mismo sentido, pues han dado respuesta favorable a una de las peticiones de la APJ, que consiste en hacer las gestiones, cuanto antes, para que se establezca una mesa de diálogo con funcionarios de alto nivel para abordar la solicitud de la cancelación del Proyecto Eólico.
     Un problema como el que actualmente viven los pueblos istmeños de dos etnias distintas ―ikoots y binnizá― no se resuelve de la noche a la mañana. Pero con voluntad política se consigue avanzar.
     Lo que se ha demostrado, luego de los lamentables hechos violentos del martes, es que el diálogo es la vía principal para resolver distintas cuestiones. 
     La sociedad istmeña está cansada de que se tenga que desbordar la violencia para que se atiendan las exigencias de distintos actores sociales. No es justo que a los políticos de oficio se les dé un trato más que preferencial, y a las personas del común se les quiera amedrentar. 
     Por fortuna, ahora el trato está siendo respetuoso por ambas partes, y es por ese sendero por el que todos, sociedad y gobierno, deben caminar. 

Opinión: El diálogo necesario

Rodrigo Velásquez, Coordinador de la Secretaría de Gobierno del Estado
en el Istmo durante la firma de la primera minuta de acuerdo la noche
del martes 26 de marzo.
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario el jueves 28/Mar/2013]

Martes Santo de 2013 será recordado como el día que en la Séptima Sección de Juchitán se peleó una batalla campal entre elementos de las corporaciones policíacas y pescadores y campesinos del rumbo. 
     Ahora sabemos el rotundo fracaso que significó para la fuerza pública el intento de desalojo de quienes mantenía un retén en la zona sur de esta ciudad zapoteca.
     No obstante, a pesar de todo el cúmulo de información que está fluyendo, hay una serie de malentendidos que es preciso aclarar.
     Primero.- La carretera Juchitán-Playa San Vicente no es un camino federal. Más bien es un tramo medio pavimentado que hace algunos años era de terracería. Por dicho camino no transitan personas de las demás poblaciones, sino los juchitecos que tienen su fuente de sustento en el mar, como pescadores o restauranteros. También es ocupado, sobre todo en período Semana Santa, para irse a bañar a la playa.
     Segundo.- El camino Juchitán-Playa San Vicente no estaba bloqueado completamente. De hecho, cualquier persona podía transitar por la carretera, pues había dos carriles libres para el flujo vehicular. Los campesinos y pescadores, así como los comerciantes de la costa tenían vía libre. El retén de la Asamblea del Pueblo Juchiteco servía para impedir que las empresas transnacionales introdujeran maquinaria a la zona donde pretende construirse un parque eólico con serias irregularidades.
     Tercero.- El bloqueo que el lunes y martes se efectuó en la Carretera Panamericana a la altura del ‘Canal 33’ no era promovido por la Asamblea del Pueblo Juchiteco. Es decir, los campesinos y pescadores que estaban en la Séptima no estaban en el ‘Canal 33’.
     Cuarto.- El intento de desalojo no fue contra quienes bloqueaban la carretera federal (Juchitán-Tehuantepec), sino contra quienes tenían un modesto retén en un camino secundario (Juchitán-Playa San Vicente). 
     Quinto.- La agresión no provino de los pescadores y campesinos de Juchitán, sino de las corporaciones estatales que intentaron “recuperar” los vehículos de las empresas transnacionales que estaban retenidas en el retén del camino Juchitán-Playa Vicente.
     Sexto.- Se dice que el Gobierno había ido a “dialogar” con los manifestantes. Pero un diálogo no se entabla con ochenta policías de por medio, sino con comisiones negociadoras.
     Séptimo.- La violencia no resolvió nada. Únicamente agravó las cosas. 
     Octavo.- El diálogo que se desarrolló de ocho a diez de la noche en la Parroquia del Señor de Esquipulas fue el que sí rindió frutos, pues permitió la liberación de la mujer policía detenida por los habitantes de Juchitán a cambio de algunas demandas de la Asamblea del Pueblo Juchiteco.
     Noveno y último.- Es el diálogo, la negociación razonada y argumentada, la única vía para resolver este conflicto… 

Opinión.- Desalojo en Juchitán: absurda equivocación

Niños y jóvenes colocando rocas para impedir
el paso a los policías estatales que querían desalojar a sus paisanos.
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario el miércoles 27/Mar/2013]

Apenas ayer martes 26 de marzo invitaba en esta misma columna a que tuviéramos cuidado con la manera en que está tratándose el asunto de la carretera Juchitán-Playa San Vicente. 
     Fui muy claro en decir que dicho camino NO ESTABA BLOQUEADO, en el sentido más usual del término, pues todo mundo tenía paso libre por dicha carretera. Las únicas personas que estaban siendo impedidas de utilizar el tramo eran los empleados de las empresas transnacionales. 
     Cité textualmente las palabras de Raymundo Regalado, uno de los voceros del grupo de habitantes que vigilan el acceso, quien entre otras cosas afirmó: “Hemos dicho a los campesinos que tienen sus parcelas de ese lado, a todos los pescadores, a los habitantes de Playa Vicente, a los que van de paso, que con ellos no es el pleito, sino con los que pretenden despojarnos de nuestra tierra y de las lagunas que tenemos”.
     A pesar de lo que se publicó ayer, de las declaraciones bastante precisas, a algún funcionario se le ocurrió enviar a policías estatales a confrontar a los habitantes de Juchitán. No pudo cometer peor torpeza.
     Poco antes de las dos de la tarde, varias camionetas de uniformados llegaron al lugar de manera prepotente. Sin ánimo de dialogar, queriendo hacer valer la fuerza para cumplir las órdenes recibidas, detuvieron a varias personas. Sólo eso se requería para encender la mecha del enfrentamiento…
     De inmediato comenzó a anunciarse por los altavoces que se necesitaba del apoyo popular para defenderse de la agresión policíaca. Mujeres, niños, ancianos, sin importar la filiación política o las creencias religiosas, se apersonaron para solidarizarse con sus paisanos juntando piedras, ramas, y todo aquello que pudiera servir para obstaculizar la llegada de los ‘estatales’.
     Hubo un enfrentamiento que dejó varios heridos ―uno de ellos de gravedad― y algunos detenidos. Se sabe preliminarmente que los policías estatales detuvieron a tres juchitecos. Los habitantes, por su parte, detuvieron a dos uniformados: un hombre y una mujer. Al primero de ellos lo trasladaron a una clínica para que recibiera los cuidados necesarios. La mujer, hasta el momento de redactar esta columna, seguía retenida.
     Según comunicación extraoficial, se dio la orden de liberar a los habitantes arrestados, cosa que se hizo al poco tiempo de su detención. Sin embargo, hasta las cinco de la tarde, reinaba la incertidumbre, por no saber si habría un nuevo intento de desalojo.
     La torpeza de las autoridades es evidente. En lugar de resolver este conflicto de manera adecuada, apostaron por la violencia absurda. Ahora las cosas están peor que ayer. 
     Se escuchan voces que culpan de traición a las personas de Playa Vicente, porque algunos pidieron el desalojo por la fuerza. Cosa más equivocada. Los únicos responsables de los hechos violentos de ayer son los malos funcionarios y algunos empresarios y políticos voraces. 

Opinión: He aquí una alternativa

Raymundo Regalado. Uno de los voceros del movimiento
en defensa de los terrenos comunales de Juchitán.
Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario el martes 26/Mar/2013]

El hartazgo por los bloqueos es mucho y generalizado. La sociedad ya está cansada de que se viole flagrantemente su derecho al libre tránsito por defender otras prerrogativas. Tanto importan los reclamos de quien cierra vialidades principales, como la queja de las personas que se ven impedidas de transitar por los caminos del país.
     Muchos apologistas del bloqueo ―no como la principal sino como la única forma de presión― afirman que “no les queda de otra” que recurrir a cerrar carreteras, pues de otra manera ninguna autoridad los atendería.
     Es importante mencionar que detrás de algunos bloqueos hay causas legítimas que demandan atención inmediata y especial. Pero detrás de algunos otros simplemente hay intereses económicos, pues es sabido que los gobiernos brindan suficientes “estímulos” pecuniarios para desbloquear, lo que propicia que esto se vuelva un jugoso negocio.
     Hay, sin embargo, una alternativa que, independientemente de la justicia de la causa que defiende, debemos resaltar: los campesinos y pescadores de Juchitán que se encuentran apostados en el camino que conduce de esta ciudad a Playa San Vicente.
     Ellos, entendiendo las razones de sus paisanos, decidieron implementar un método distinto. No están propiamente bloqueando el paso a los habitantes y comerciantes que diariamente acuden a las palapas de la playa a degustar sabrosos platillos, sino que únicamente están vigilantes ante el paso de la maquinaria que pretende levantar un nuevo parque eólico en terrenos que, afirman, les pertenece a los juchitecos.  
     Según palabras de uno de los voceros de este movimiento, Raymundo Regalado, “Nosotros nunca hemos impedido el paso a Playa Vicente, porque siempre buscamos la unidad con nuestros hermanos. Las falacias y mentiras que han dicho a través de otros medios son simplemente eso: falacias y mentiras. Los compañeros vendedores y pescadores han tenido acceso. ¿Quiénes no pueden? Los representantes y trabajadores de las empresas eólicas. Contra ellos peleamos, no contra nuestros hermanos. Hemos dicho a los campesinos que tienen sus parcelas de ese lado, a todos los pescadores, a los habitantes de Playa Vicente, a los que van de paso, que con ellos no es el pleito, sino con los que pretenden despojarnos de nuestra tierra y de las lagunas que tenemos”.
     Apenas ayer, los “opositores” a este movimiento popular, se apostaron en la carretera federal para exigir que los desalojen. Argumentaron que no les permiten transitar libremente por el camino secundario Juchitán-Playa San Vicente. ¿Y cómo exigieron que les permitan el paso? Bloqueando un paso mayor.
     Una de las partes miente. Como yo mismo he podido comprobar, efectivamente todos tienen paso libre a la playa, siempre y cuando no pertenezcan a las empresas eólicas. Por tanto, cabría la pregunta, ¿quién está detrás o qué intereses defienden quienes denuncian un bloqueo inexistente? La mejor respuesta la tiene el amable lector. 

Opinión: Precandidaturas

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario el lunes 25/Mar/2013]

Nunca antes habían competido tantos precandidatos. Jamás, en los municipios istmeños, tantas personas habían buscado abiertamente, y por los canales debidos, el derecho de representar a sus partidos políticos en los comicios por las alcaldías y las diputaciones locales.
     Salina Cruz, Tehuantepec, Juchitán, Ixtepec, Ixtaltepec, y todas las demás poblaciones, cuentan con demasiados precandidatos. Lo anterior puede interpretarse de dos maneras: como el afán democratizador de los partidos, o como la ambición desmedida de muchas personas.
     Deseo inclinarme por la primera suposición. Creo que los institutos políticos están atendiendo el llamado de la ciudadanía, que desea ver rostros nuevos que revitalicen el quehacer partidario. 
     Los habitantes están cansados de mirar a los mismos de siempre, reciclándose. Sin embargo, una cara nueva no garantiza eficiencia y honestidad, pues varias veces los pueblos se han llevado desafortunadas sorpresas, sufriendo remedios peores que las enfermedades.
     Las contiendas oficiales entre polos opuestos resultan relativamente predecibles. Pero en la competencia interna podremos llevarnos algunas sorpresas... 
     Lo que viene es el comienzo de la pelea que dará la militancia blanquiazul, perredista y priísta por conquistar espacios generalmente otorgados por el favor cupular. La lucha de estas semanas será por arrebatar a la dirigencia de los partidos los espacios que les corresponden a quienes realmente trabajan.
     Ojalá que en este empeño los representantes partidarios arbitren correctamente y no inclinen la balanza con el dedo índice. Si los diferentes grupos logran atenerse a la reglamentación y respetan los resultados, podremos tener candidatos competitivos, lo que favorecerá, sin duda, la contienda de julio próximo.
     Por desgracia, existe el riesgo de que todo sea una pantomima orquestada por los partidos políticos para hacer creer que están abriendo espacios. Corresponderá a los precandidatos no prestarse a un juego maquiavélico destinado a engañar a los votantes.
     Estemos atentos de las propuestas y trayectoria de cada uno. No pensemos únicamente en los favoritos, sino en quienes representen una alternativa viable para revitalizar la política regional. 
     Que este inicio de primavera reverdezca el buen oficio del servicio público. Por el bien de todos.