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Apuntes históricos sobre Salina Cruz

Salina Cruz desde las alturas.
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el sábado 4/May/2013] 

Agradezco a los amables lectores que cada semana siguen de cerca esta sección en el mejor periódico de la región del Istmo: Enfoque Diario. Algunos amigos han preguntado la razón por la cual mis columnas de fin de semana se titulan Faro Cultural. La respuesta es sencilla: el periódico que usted tiene en sus manos se edita e imprime en el puerto de Salina Cruz. El ‘faro’ es un elemento fundamental que orienta a los navegantes de cualquier puerto, y de ahí parte el nombre. Se agrega ‘cultural’ por el hecho de que la columna trata exclusivamente de asuntos relacionados con historia y literatura. 
     Y tal como un faro alumbra y orienta, hemos procurado ir alumbrando modestamente el conocimiento de nuestros pueblos. Y hoy toca el turno precisamente a Salina Cruz. ¿Qué importancia histórica tiene esta floreciente ciudad? ¿Por qué razón debemos conocer y valorar sus calles, sus costas y su esencia?
     Hablar de la historia de Salina Cruz requeriría de cuando menos un libro; por lo que hoy solamente tocaré un aspecto de su pasado; cuando el conquistador de México-Tenochtitlan, Hernán Cortés, partió de sus costas para descubrir la península de Baja California y el golfo del mismo nombre, también conocido como “Mar de Cortés”. Quizás a muchos sorprenda que ponga en un mismo renglón a Cortés y a Salina Cruz. ¿Qué tienen que ver uno con el otro? Mucho. Pues no sólo zarpó desde este sitio el conquistador, sino que durante un tiempo, Cortés se empeñó porque esta zona quedara dentro de sus posesiones.
     La historia de México es muy rica; desafortunadamente en los libros de texto se ha tendido a simplificar; lo que provoca que el pasado de muchas regiones de nuestro país quede en el olvido. Por esa razón casi nadie sabe que Hernán Cortés estuvo en nuestro Istmo, y que estableció su dominio primero en Tehuantepec y después en Jalapa (hoy Jalapa del Marqués, en su honor). Pocos saben que desde los primeros años de la época colonial, hubo un interés genuino por lograr construir un canal de comunicación que uniera los dos oncéanos. De hecho fue Hernán Cortés quien en sus “Cartas de Relación”, dirigidas al Emperador Carlos V, habla de las enormes posibilidades que brindaba esta región estratégica.
     Lo que hoy conocemos como Salina Cruz, fue durante casi 400 años parte de Tehuantepec. El puerto de La Ventosa era considerado un puerto tehuano; por eso cuando en los documentos se habla de esta costa, se están refiriendo a lo que hoy en día es un municipio libre, y una de las principales ciudades del Estado de Oaxaca.
     Hernán Cortés cometió un error al querer dominar Salina Cruz; pues por disposición regia ningún noble castellano podía poseer costas. Así pues, fue despojado de las playas tehuanas (salinacrucenses) a los pocos años de fundado su marquesado, y por esta razón la cabecera de sus dominios en el Istmo se trasladó a Jalapa.
     Cortés no pudo satisfacer su principal ambición, que consistía en apropiarse de Cuernavaca, el valle de Oaxaca y de las costas istmeñas. Los dos objetivos primeros sí los consiguió, pero como ya mencionamos, del Istmo sólo alcanzó a dominar la zona de Jalapa, y algunas “burbujas” entre los pueblos llanos. 
     Ojalá los hijos del puerto revaloren lo que ha significado su ciudad a lo largo de los siglos. Ya que Hernán Cortés fue únicamente el primer europeo en interesarse por Salina Cruz, pero más adelante surgirían muchos otros que harían hasta lo imposible por ejercer un dominio efectivo de esta zona.