Del miércoles 14 de noviembre [de 2012] al día de ayer [martes 20/11/2012]], han perdido la vida tres personas en el Estado de Israel. En tanto en la Franja de Gaza, Palestina, se contabilizan más de ciento veinte muertos (cuarenta por ciento de ellos, niños y mujeres). La proporción es de cuarenta a uno. Es decir, cuarenta ejecutados palestinos, por cada israelí.
En enero de 2008 la relación fue de cien a uno. Por los trece israelíes que murieron en aquella “guerra” (algunos de ellos por ‘fuego amigo’), fallecieron mil cuatrocientos palestinos (trescientos de ellos, niños). No es necesario ser un gran analista de política mundial para reconocer que la muerte de civiles en tan alta proporción constituye un crimen de guerra.
Pero, ¿qué origina tanta violencia? Mirar el ‘asesinato selectivo’ de un líder de Hamas (la organización político-militar que gobierna Gaza) como la causa, sería ver únicamente parte del problema. Atribuir la responsabilidad al lanzamiento de cohetes desde Gaza, sería incurrir en el mismo error. El comienzo del conflicto israelí-palestino viene desde la colonización de la zona y la posterior expulsión de buena parte de la población local.