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Opinión: 'Pacto por México'

Enrique Peña Nieto y los dirigentes de los tres principales
partidos políticos de nuestro país.


Por Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 06/Dic/2012]

La persona que hubiese vaticinado hace algunos meses que a principio de diciembre las tres principales fuerzas políticas de nuestro país firmarían un documento común, sería tachado de mentiroso. Pues, ¿qué podrían tener en común los proyectos que representan los partidos: Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD)? Hasta donde la memoria popular recuerda, los dirigentes de estas fuerzas políticas se la han pasado señalando los defectos del otro.
     Que si unos son peligrosos para el país, que si otros son vendepatrias, que si los represores… Mientras tanto, México va como sin rumbo en un océano agitado por guerras, crisis económicas y cambios políticos.
     Las disputas por alcanzar el poder han desgarrado a nuestro país. En la última década han sido rechazados proyectos legislativos por el mero hecho de haberlos presentando un adversario. Así, vemos tristemente que lo que hoy rechaza un partido mientras se encuentra en la oposición, es impulsado y promovido por el mismo, estando en el poder.
     La ciudadanía se ha cansado de esperar. En muchos Estados se han constituido movimientos que dan la espalda a las instituciones. Por incredulidad, millones de jóvenes se alejan de la vida política, radicalizando sus posturas. Parte de la violencia que se desencadenó el día primero de diciembre podría enmarcarse en ese hartazgo. 
     Por eso cuando con un natural escepticismo, luego de tantas desilusiones, decidí revisar detenidamente el dichoso Pacto por México, que firmaron los dirigentes de los tres principales partidos, quedé gratamente sorprendido. 
     Son 95 compromisos puntuales para impulsar el desarrollo del país, con justicia social y equidad. Es un acuerdo integral donde están plasmadas las demandas históricas de los partidos que lo suscriben. Es un documento que refleja la voluntad, al menos en el papel, de dejar a un lado las incidías y luchas estériles para alcanzar puntos de confluencia.
     Buscaba yo los aspectos más destacables de dicho Pacto. Iba marcando cada rubro importante. Y me llevé una gratísima sorpresa, cuando comprobé que cada párrafo del documento se mostraba claro y preciso. Todos los aspectos que interesan al ciudadano de a pie tienen cabida: salud, educación, trabajo, pueblos indígenas, cultura, economía, ecología... Todo bien detallado y con metas alcanzables.
     Dudo que alguien pudiera decirle no a este Pacto. Pero dudo también que el Gobierno Federal lo pueda llevar a cabo por sí mismo. Será tarea de los partidos y de los ciudadanos, exigir con los papeles en la mano su estricto cumplimiento. Pero no solamente exigir, sino participar con las fuerzas sociales y políticas en su realización. Esa debe ser nuestra tarea.